❤ Plantas para regalar en San Valentín
Cuando pensamos en un regalo para San Valentín siempre solemos pensar en flor cortada en cambio nosotras creemos se invierte mucho dinero y estas flores se marchitarán en unas semana.
En cambio las plantas de flor para interior quedan preciosas en composiciones o simplemente envueltas con un papel bonito, y lo mejor de todo es que nunca se te morirán. Las flores de las orquídeas, los anthuriums o las guzmanias duran meses intactas así que solo podrán darte alegrías. Una vez que la floración de tu planta acabe, solo tendrás que cortar la flor y volverán a nacer nuevas flores.
A continuación te vamos a recomendar las plantas más bonitas para regalar el 14 de febrero y sorprender a tu pareja, a tus amigos o simplemente a ti mismo.
Orquídea para regalar en San Valentín
La reina de las plantas con flor para interior es sin duda la orquídea. Y es que la amplia gama de colores que nos brindan las flores de la orquídea hacen que sea la planta más demandada en el día de los enamorados.
Existen varias especies de orquídea aquí te enseñamos algunas de ellas con nuestro envoltorio Majosa:
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Cymbidium
Una orquídea de flores muy numerosas, en un elegante color blanco o en rosa para demostrar tu cariño.
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Phalaepnosis
La más conocida, sus flores son delicadas como las alas de una mariposa. Nuestra propuesta es esta variedad rosa claro, aunque otra opción sería en el blanco con el centro fuxia.
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Cambria
Una de las flores más especiales y diferentes, para una persona muy especial, estas orquídeas son poco comunes pero super bonitas.
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Plantas rojas para San Valentín
Otras de las plantas que triunfan en San Valentín son los anthuriums con tonalidades intensas en rojo y en rosa. Los tenemos en diferentes tamaños pero los que más nos gustan son sin duda estos en un tamaño mediano y con macetas decorativas de corazones.
Regalar bonsais en San Valentín
Si tu pareja es amante del verde, un bonsai es una opción super bonita y original para regalarle. En La Majosa disponemos de bonsais de pino, de olivo, bonsais de roble e incluso algún bonsai con flor. Y es que San Valentín no tiene porque ser rojo ¡También puede ser verde!
